Atrapados en el tiempo

Marcela Magdaleno

Una de las premisas de José Vasconcelos en su actuar ético, político y docente, fue su congruencia en pensamiento, palabra y acción. Situación que, incluso a él, no le fue nada fácil, sin embargo se esforzaba por hacerlo. Dentro de la democracia existe la garantía del Verbo, es decir, poder señalar las fallas de los gobernantes, por supuesto de la manera más cordial y en esta reflexión señalaremos algunos extravíos del Alcalde de Cuernavaca, ya que, siendo un ejemplo para las nuevas generaciones, es urgente que recapacite en sus actos. Si no quiere que la ciudadanía seria lo tome como un chiste, debería madurar. También se exhorta a su padre para que le aconseje y aterrice, ya que es bien sabido, que cuando se llega al poder, un espasmo sísmico turba la conciencia, se pierde suelo, se intoxica la mente suponiéndose inmoral, la visión se nubla y la mente clara se evapora. Después de haber presenciado algo insólito en Cuernavaca como fue el rumor del “narco toque de queda” y observar que ninguna autoridad salió para dar calma a la ciudadanía, ¿qué podemos esperar? Así mismo, cuando se aviva la participación ciudadana, se mandan espías oficiales, para que desintegren esos cuerpos ciudadanos. ¿A qué le temen? ¿Acaso estamos como cuando los científicos de Díaz, le temían a los hermanos Flores Magón, o a los enviado por Ponciano Arriaga? Si tuviéramos que temerle a algo, es la incompetencia e ignorancia. Ya ni hablar de la tiranía, porque para extirpar los quistes de la corrupción, necesitaríamos incinerar el cuerpo entero, porque la patología lo ha invadido.

Retornando a nuestro tema inicial entablamos un dialogo con el Alcalde, a ver si reacciona, ya que las incongruencias han trascendido el limite. Ostentando juventud, molesta cuando ofrece sus discursos. Primero el tono de su voz es ruidoso, y el contenido débil; no dialoga cordialmente, sino que parece predicador de alguna secta improvisada, dando por hecho que su rebaño, que es inferior, estará cautivado por sus palabras redentoras, aunque el mismo pueblo no tenga trabajo, seguridad ni alimento.

Por otro lado, y aquí vienen el absurdo de la supuesta juventud, su discurso parece provenir de algún orador inexperto de los años cuarenta internado en alguna sierra lacandona, donde aún persiste el latifundio. Escuchamos frases sin identidad y trilladas, estableciendo, además, una relación paternalista con “su pueblo”. Esto lejos de crear simpatía, evoca a la Nausea con la que fue contagiada Jean Paul Sarte, en una Europa decadente.

Posteriormente seguimos analizando el discurso en el cual elude constantemente a los artículos de la constitución, es decir, si le está hablando a “su pueblo” debería explicárselos, ya que el noventa por ciento no tienen la menor idea de lo que está diciendo. Esta es una táctica de hermetismo, ya que, al hacer todo mal pero cobijado por la constitución, parece que todo va bien. Pero qué sucede con la siguiente incongruencia, según las leyes para que aplique la constitución se tiene que actuar antes. De esta manera suponemos que el alcalde sugiere tener la constitución a su diestra y a una hermosa pitonisa a su siniestra. Así mientras la adivinadora presagia el siguiente meneo de la delincuencia organizada, la constitución puede aplicarse un día antes, de los sicario-incendios, asesinatos y secuestros, sucedan. Pero de cometerse el acto delincuente, un día después, la constitución resulta inoperante. ¿Qué garantía tenemos los ciudadanos?

Por otro lado uno de los negocios más jugosos de los amigos o familiares de cualquier alcalde son las cámaras de seguridad, que además de caras e inútiles, son otra burla más a la ciudadanía, ya que cuando realmente sale algo, las autoridades tiemblan. ¿Cómo es posible que existan más de 90 cámaras en Cuernavaca y no se sepa, quién colgó a los muchachitos en el puente galerías, quien roba coches en la ciclo pista, quien incendia centros nocturnos, quien asesina sin piedad dejando restos humanos en las banquetas?

Hay que ser realista el negocio de las video cámaras de seguridad únicamente ha servido para hacer enriquecer a unos cuantos. Por otro lado nuestro Alcalde y sus asesores se han propuesto devastar lo poco que queda en cuanto a áreas verdes que esto traerá empleos.

Escuchemos el discurso Jodorowskyano: “Vamos a hacer un Morelos verde, rodeado de flores y jardines y también asfaltaremos el segundo piso con la maquina pavimentadora ecológica. “Luego entonces” (checar el silogismo de primero de secundaria que el usa siempre), seremos todos felices”.

Seguimos con este análisis que esperamos el Alcalde lea atentamente, para que aterrice y cambie su actitud. Ahora llegamos a la incongruencia más ingeniosa de todas. Para entender el contenido, de este perorata, sobre seguridad publica hay que utilizar lentes 3 D, solamente así podremos ¿distinguir la parodia interna que proyecta su mente: “Amigos pondremos botones rojos para denunciar delitos”. Se dan cuenta queridos lectores como hay que usar lentes 3 D, para comprender este discurso ¿o acaso vivimos en el país de las maravillas? Imaginemos a un asaltante que con arma en mano, despoja a una dama de su bolso. La dama, al ver esto se concentra y expresa: ¡Abracadabra! En ese instante surge de la nada un botoncillo rojo el cual aprieta. Chequen el dato. La realidad se detiene, al estilo Matrix, el secuestrador o asaltante se congela, y ella velozmente llama al cuerpo policiaco quien la llega a salvar. En menos de dos segundos la acción se descongela, y el ladrón despierta justo cuando está siendo esposado y llevado a la cárcel. En ese instante aparece la ciudadanía y todos aplauden. Quizás por eso los artistas franceses escogieron México como el país madre del surrealismo.

Por otro lado sería interesante que el alcalde conversara con algunos de sus profesores de la preparatoria, así comprendería que estas palabras, son dulces, a comparación de lo que piensa la ciudadanía, ya que sus discursos tienen un entusiasmo que sólo se atreve a hacer algún ingenuo sitiado por un sequito de aduladores. Alguien extraído de su hábitat y llevado al palacio virreinal donde ni oidores ni arzobispos, dicen la verdad porque serán azotados en los sótanos de la santa inquisición.

Continuemos con el discurso: ¡Amigos vamos a fomentar el deporte en la sociedad!

Si estudiamos el dato estadístico sabremos que diariamente hay de tres a cuatro cristalazos en la ciclo pista. Lugar donde jubilados, señoras y algunos jóvenes, ejercitan. Es decir, junto al negocio de garnachas y tacos, o del otro lado, cerca de la plaza y la escultura La Estampida, se roban bolsos, laptops, lentes, dinero, de los autos desde hace bastante tiempo, pero por más denuncias o cámaras de seguridad, todo sigue igual. A pesar que de vez en cuando se ve a algún servidor público, caminando la susodicha ciclo pista, bajando los kilitos que subieron en el Rincón del “Ife”. (Lo dije bien Ife, porque sólo lo que han manipulado las elecciones les alcanza para ir a ese lugar) ¿Es lógico que los ciudadanos de la eterna primavera tengan que hacer su jogging matutino en estacionamientos de supermercados o en la vil calle?

Esto no es un artículo de protesta es un simple bosquejo de la realidad. ¿Dónde está la democracia? ¿Dónde la espiritualidad? será que la patología de todo esto radica en la educación, que haciendo un diagnostico de fondo, concluimos que es igual a los cuerpos de nuestros niños morelenses y funcionarios públicos, obsesos por fuera pero anémicos por dentro. Qué lejos estamos de estar ejercitando una verdadera política.